Durante buena parte de nuestra vida vagamos sumergidos en un sueño. Es
un viaje compuesto por ilusiones y por deseos de todo tipo: vivenciales,
materiales, espirituales. Pero sucede que el mundo donde nos toca existir, no
parece ser el lugar más apto para convertir la fantasía en realidad. Nos
volvemos, entonces, personajes de una película imposible, que jamás será
filmada. Pese a recibir de la realidad infinidad de mensajes al respecto,
persistimos en recorrer zonas virtuales donde --como resulta siempre en el país
de los sueños-- el tiempo se diluye sin dejar frutos. Esto nos angustia, nos
lastima. Sentimos, sabemos que hemos nacido para mucho más de lo que el mundo
moderno parece permitir... pero nos perdemos en una maraña de ficciones y de
lamentos.
Mucho de eso podría ser diferente si, en vez de querer lograrlo todo con
una palabra mágica, o con un gesto espectacular, tuviésemos la suficiente
lucidez como para ir construyendo en nosotros una vida progresiva. Una especie
de templo que se alza ladrillo a ladrillo, y que sólo alcanza su genuina
dimensión cuando el edificio se convierte en un edificio. Aunque debemos saber
de antemano, que la existencia no tiene principio ni fin. Simplemente ES, como
el mar, inmensa e indescifrable.
Por consiguiente, no hay mayor enemigo que la ansiedad. Nos atrapa y nos
grita discursos de egocentrismo que nos devoran la imaginación y nos roban la
alegría. Deberíamos ser más modestos, menos omnipotentes. Lo cual no es sinónimo
de resignación, sino la clave para encontrar a cada paso el significado cabal
de ese paso. El detalle que nos permitirá ir armando el rompecabezas del
sentido de haber nacido y de tener esta oportunidad única para hacer que se
despliegue el potencial divino de nuestro ser.
Así como la madre espera pacientemente el paso de las semanas que
convierten la promesa del bebé, en un niño real, que a su vez es potencialmente
una persona única e irrepetible, así tendríamos que gestar nuestra propia
estatura en el mundo. Sin límites, sin miedos. Con vocación de luz y de amor.